Hemos pasado la semana de viajes y conciertos.
Aviones, coches de alquiler, furgoneta... Miles de kilómetros pal cuerpo pero una sensación muy gratificante por la respuesta del público en todos los conciertos.
La noche de Valladolid fue la más bestia de todas. No sé cuanta gente había, pero era impresionante. Nos recordó a algunos conciertos de la primera gira como los de Burgos, Oviedo, Bilbao... Tiempos de un "cuando me vaya" recién salido del horno, calentito calentito, los primeros aplausos y los primeros hoteles. Un verano inolvidable.
La sensación de tensión permanente de estos días ha molado mucho. En cada canción que tocas piensas "mañana otra vez..." Es maravilloso, muy cansado pero agradecido. La cosa está en que todos los sitios en los que tocábamos estaban muy lejos el uno del otro, realmente si te apañas de 200 en 200 km es diferente...
Lo bueno de tocar muchos días seguidos es que tienes más fácil mejorar el sonido. Lo que un día no ha molado de tu instrumento lo trabajas al día siguiente con los técnicos, y así hasta llegar por ejemplo a hoy en Colmenar de Oreja, donde yo personalmente llevo un amplificador nuevo de guitarra y unas púas diferentes... Será una noche de estreno, pero lo que realmente importa es que el público cante y baile con nosotros.

El fin de semana lo tendremos para descansar y la semana que viene seguiremos maquetando temas nuevos. Hay lista de espera de canciones, debemos llegar casi a veinte temas ya, es de puta madre, por que todos tienen algo, estamos componiendo bien, se nota el momento que vivimos.
Ale, un beso grande.
"Esta noche va a haber Rock and Roll aqui"